El otro día estaba hablando con un amigo sobre las películas emblemáticas de los años 80 y discutíamos sobre la de Rocky Balboa, si era de ese período o de antes.
Y tan en duda estábamos que buscamos en el Big Brother (Google) para ver.
Resultó ser más vieja de lo que pensaba. Era de 1976.
Y recordando las escenas de las peleas, y el cómo le quedaba el rostro de tantos puñetazos.
Me acordé de lo destruido que queda, a veces, el césped cuando se lo corta o siega.
Y se lo hace mal.
Y, ¿por qué se hace mal?
Porque no se afila con la frecuencia necesaria la cuchilla de corte.
Y he aquí el consejo de regalo.
Mantén siempre la cuchilla de la segadora o cortadora de césped afilada. De no estarlo, en lugar de cortar limpiamente las hojas del césped, las desgarra.
Una hoja desgarrada tiene una superficie muy irregular lo que dificulta que se “cicatrice” el corte y luego adquiera una tonalidad parduzca que desluce la carpeta verde.
Claudio. El Jardinerista
PD: Verás que coloqué entre comillas la palabra “cicatrice”, y es porque en términos botánicos no es como lo que nos ocurre en la piel. No hay regeneración de tejidos.
PD1: El césped como Rocky, se recupera, pero no es necesario hacerle pasar por ese estrés.