Tengo un amigo pelado, parientes calvos y alguno que además se parece a la figura de un Buda cuando lo ves sentado en el suelo.
Pero mi amigo, el “pelao” está así desde que era joven.
Motivo por el cual cuando regresaba de la peluquería para que le recortaran lo poco que le quedaba y se encontraba con el grupete, siempre alguno le preguntaba si había ido luego de cobrar su sueldo diciéndole al peluquero “córteme todo este dinero en pelo”.
Una maldad la nuestra, ¿verdad?
Pero así era la juventud en aquella época y lo es ahora.
Bromas pesadas a diestra y siniestra.
Lo mismo puedo decir del jardín de un vecino que deja crecer su césped hasta que no puede ver su caniche cuando va a “abonarlo”.
Luego, y si los astros se alinean haciendo que un jardinero pase, lo llama y le pide que lo corte bien, bien bajito así le dura.
Ya te imaginarás cómo se pone al día siguiente ese pasto.
No sé si el “peluquero del césped” le cobró por la cantidad de kilogramos de restos verdes que sacó.
¿Tú qué piensas?
Claudio. El Jardinerista PD: cuando siegues el césped, procura no cortar más de 1/3 de la altura.