El Arnold Schwarzenegger vegetal

¿Qué tiene que ver Arnold con las plantas?

Da por descontado que nada tiene que ver con sus películas y menos con su famosa frase “Hasta la vista, baby”

La historia de hoy tiene mucha fibra y es como para visualizar el proceso comentado en el episodio del podcast del jueves pasado.

Bien, vamos al lío, o a la historia.

Más que de Schwarzenegger, la comparación es con los fisicoculturistas o deportistas en general.

Esos que tienen los bíceps más voluminosos que mis piernas.

El proceso que siguen los músculos es simple.

Se ejercitan, rompen las fibras, se cicatrizan y hacen que sean más gruesas.

Consecuencia, brazos más grandes.

Piernas más grandes y espalda como la de una cobra en posición agresiva.

Muchas partes crecen, otras, quizás no.

Yo no lo sé.

Si estás en los sectores de la salud o el deporte, perdona mi pobre descripción, responde solamente a la comparación en la historia.

Ahora bien, ¿Sabías que en las plantas podemos provocar un efecto similar?

Agarramos los tallos tiernos, los retorcemos con cuidado (iba a decir cariño, pero no es así), los giramos sobre su eje longitudinal para ambos lados.

Un suave crujido nos indica que lo estamos haciendo bien.

¿Pero por qué las pellizcamos pobres plantas?

No es porque somos crueles, aunque un poco sí.

Buscamos suavizar el núcleo interno de los brotes para hacer flexibles las ramas y cambiarlas de posición.

No es como el alambrado que se hace  en los bonsáis de los que mañana te hablaré. No es por una cuestión estética.

Persigue un aumento de la producción y frutos.

La técnica se llama “super cropping” algo así como “súper recorte” y se utiliza sobre todo en cultivos de interior, donde el espacio es reducido.

Nos permitirá tener más tomates, pimientos y otras hortalizas.

¿Y por qué la comparación con los fisicoculturistas?

Al hacer este trabajo dañamos la planta para horizontalizar los brotes. Eso hará que se generen nuevos conductos para el transporte del agua y las sales desde la raíz a la vez que más haces vasculares para la savia.

La consecuencia es una mayor producción.

Los puntos en donde hacemos los dobleces, por esos nuevos conductos, se engrosan y parecen los bíceps de estos culturistas del físico.

De ahí la comparación.

Claudio. El Jardinerista

PD: Esta técnica de super recorte hay que hacerla con cuidado, es efectiva, pero corremos el riesgo de dañar la corteza de los tallos y las ramas se secarán. Otro daño posible es que se quiebren (doblez pronunciado) y se interrumpa la circulación del agua o la savia por lo que el efecto que buscamos no se tendrá. Y menos si llegamos a quebrarlas.

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