Ya quisiera ser como Jack y tener habichuelas mágicas.
Más que habichuelas, semillas de todas las plantas ornamentales con esa tremenda velocidad de crecimiento.
Pero no existen.
¿Por qué te cuento esto?
Porque parece ser que no todas las personas saben que los tiempos de la naturaleza son distintos a los nuestros.
Tal vez sea porque no son amantes de las plantas como vos y como yo.
No los juzgo, porque gustos son gustos, y el nuestro no es mejor que el de nadie.
Hay quienes son amantes de los fierros (autos), otros de las estampillas y algunos del papel moneda.
Aunque en esta categoría creo que estamos la mayoría, ¿verdad? 😉
Lo cierto es que hace un par de años me invitaron a participar como asesor en un proyecto de desarrollo inmobiliario.
Ecológico, sustentable y en asociación a un bosque comestible.
La idea era genial y digo “era” porque al final la falta de capital lo dejó en pausa.
Uno de los problemas radicó en que los inversionistas esperaban que las plantas tuvieran una tasa de crecimiento como las habichuelas del cuento. Que en tres años “todo” estuviera crecido.
¿Te imaginas?
Y es ahí en donde el proyecto comenzó a dar sus primeros tropiezos.
Los que aportarían el capital eran personas que necesitaban recuperar rápido la inversión y las agujas de sus relojes giraban más rápido que la de las plantas.
Buscamos alternativas de especies arbóreas y arbustivas, pero no cubrieron las expectativas.
Luego el que aportaba el terreno para el desarrollo inmobiliario dio un paso atrás y ahí quedó todo.
Es muy válido que pienses en por qué no recurrimos a colocar plantas ya crecidas. Árboles grandes y frondosos, arbustos de dos metros y enredaderas de 5 metros.
Y si bien es una alternativa en muchos lugares, aquí no lo era.
Los viveros que las podrían proveer están a más de 800 Km lo que a nivel presupuestario genera un impacto, pero la razón para descartar la idea fue porque estaba en contra de los principios fundacionales del proyecto.
estaríamos generando una importante huella de carbono y huella hídrica en la construcción de las áreas verdes.
Claudio. El Jardinerista
PD: No siempre los proyectos se dan como se pretenden, hay que hacer concesiones o modificar algunos aspectos. Puede ocurrir en el diseño de tu jardín o el de un cliente. Lo importante es saber transmitir o percibir los “pros” y los “contras” de cada decisión.
Las posturas intransigentes no suelen llevar a buen puerto.